La
Mata del Gocho
Brindemos no ya
por la salud, sino por el buen nombre de este injustamente tratado
y llamado con todos los adjetivos que emplearíamos para
insultar a nuestro peor enemigo. Cerdo, gocho, marano, puerco,
cochino, guarro... son los nombres a los que atiende ¡muy
a su pesar!. Queremos rendir un cariñoso homenaje a esta
maravilla de la Naturaleza relatando algunas facetas del ritual
de su sacrificio.
INTODUCCIÓN
Hoy nos toca repasar una fecha destacada en el
calendario de la vida rural de la Montaña. ¡La
Mata del Gocho!. Era y en parte sigue siendo, un acontecimiento
principal, una fiesta con Magia especial en la que, una vez
más, era necesaria la colaboración de toda la
familia y allegados. El sacrificio garantizaba la manutención
durante el largo invierno. Aquel día tenía una
faceta festiva y otra de intenso trabajo. ¡Hay que hacer
tanta labor en este día!.
ACTIVIDADES
Se comenzaba el día “tomando
la parba” para entonar el espíritu y ...
entre varias personas se inmoviliza al gocho y se le coloca
sobre un banco (una mesa para el sacrificio).
Antiguamente se usaba un cuchillo especial que es más
largo y estrecho de lo habitual. Hoy día ya no suele
hacerse de esta forma y el sacrificio se hace con una maza o
aparato eléctrico.
Lo primero que se recoge e la sangre para elaborar las morcillas
con la receta habitual que es : sangre, manteca del gocho, cebolla,
sopas de pan, pimentón dulce, sal y alguna vez otros
ingredientes adicionales como el arroz, pimentón picante,
etc... Posteriormente, para eliminar las “cerdas” se le rociaba
con agua muy caliente y se le raspaba la piel con el “Rasco”.
Más recientemente se le quema las cerdas con pistolas
de gas butano. Una vez limpio se le coloca “panza arriba” y
se le corta la parte central desde la barbilla hasta el rabo
a lo largo de las tetillas de ambos lados. Posteriormente se
separaban todas las partes bandas hígado, riñones,
corazón, bofes (pulmones) y tripas para su limpieza y
consumo inmediato. Lo que no se consume entre los presentes,
se regala a los vecinos y los despojos son para los perros.
La mayor parte del gocho se cura para consumir
el resto del año.
Los hombres lo
cuelgan al fresco lejos del alcance de perros y gatos. Ahí
estará durante unos días hasta que seque.
Las mujeres,
que una vez más se llevan la parte más dura del
trabajo, lavan las tripas, elaboran la morcilla, los chorizos,
etc. Las tripas hay que coserlas por un extremo, llenarlas y
coserlas por la parte del llenado. Ahora ya se podían
echar a la Caldera para su cocido.
Con la vejiga se construían zambombas,
panderetas, tambores, etc...
Los niños
eran parte importante de la fiesta. Ayudaban en lo que
podían, jugaban con la vejiga, las tabas, disfrutaban
con los columpios que los mayores les construían con
las sogas de amarrar los carros de hierba y al hacerse de noche
se les leía o contaba cuentos al calor del fuego de la
cocina baja.
Cada familia mataba al menos a un gocho y las más pudientes
podrían matar dos e incluso más.
Algunas veces en primavera se hacía la matanza llamada
“cuña” que era de un cerdo más
pequeño.
REFRANERO:
A todo gocho le llega su San Martín
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del Gocho
